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Recibir dinero por impartir clases es necesario para que los profesores de yoga puedan seguir realizando su labor.
Me gustaría iniciar este artículo con una pregunta para los profesores de yoga:
¿Fue tratado en alguna asignatura en tu formación de yoga el hecho de ser remunerado por tus servicios o el recibir dinero a cambio de tus clases?
En mi caso, no. De hecho, en las más de 2,000 horas de formación, en las que invertí una fortuna, casi nunca hubo un espacio para aprender cómo generar más ingresos y así poder recuperar la inversión realizada. Muchos compañeros del gremio, dirán que, como profesores de yoga, no deberíamos “estar apegados” a generar ganancias materiales transmitiendo las enseñanzas de esta práctica espiritual. Esto, personalmente, me resulta una gran falacia y una manera de auto-sabotearnos.
Los profesores de yoga somos pequeños comercios y emprendedores, intentando prosperar (o a menudo sobrevivir) en una industria multimillonaria.
En la mayoría de las formaciones de yoga que realicé (o incluso en las que asistí como profesor), “se asumió” que los futuros instructores iban a destinar sus servicios sola y exclusivamente impartiendo clases en estudios y centros de yoga (presencial). Esta era la única manera imaginable en la que se suponía que íbamos a generar ingresos a partir del yoga. Por eso los temas financieros, de marketing, de gestión de mis propios retiros, etc. fueron aspectos en los que me tuve que formar cuando decidí emprender. Cuando empecé a vender mis servicios como profesor de yoga más allá de las populares (y normalmente mal pagadas) clases en estudios, me di cuenta de que necesitaba instruirme en emprendimiento. Esto fue necesario para cumplir mi sueño y objetivo profesional: el de hacer de esta carrera un negocio viable y sostenible a nivel personal y financiero.
No es extraño conocer profesores de yoga que les cuesta recibir dinero por sus servicios.
No es una sorpresa que industrias como las del yoga, el fitness o el wellness generen ingresos de miles de millones anuales. Mientras tanto, los profesores de yoga pueden llegar a ser aquellos que se encuentran con más dificultades financieras. Un artículo que leí recientemente (y que te invito a leer si eres un profesor de yoga y te gusta pensar críticamente), expone: “Paradójicamente, los profesores de yoga están en una situación muy precaria: clases mal pagadas, nula seguridad social, nulas prestaciones, formaciones inaccesibles en estas condiciones. Se dice que en una sala de yoga, la persona con menor estabilidad económica es el maestro. Esta es la realidad que se confronta en un salón de yoga: una maestra que apenas alcanza a pagar las cuentas con alumnos bien posicionados”.
Por otra parte, desde la llegada del COVID-19 y debido a las regulaciones de seguridad, se han cerrado estudios presenciales por la falta de ingresos y cancelado retiros, formaciones, etc. Además, los profesionales del mundo del yoga nos hemos visto obligados (algunos por primera vez y sin conocimiento previo) a mover nuestros servicios al formato virtual.
Esto ha disparado la oferta, de manera casi inmensurable, de instructores y profesores de yoga ofreciendo servicios online. A menudo, estas clases online son gratis o a muy bajo coste. Esto afecta principalmente a aquellos que siguen dando clases gratis sin ningún tipo de compensación económica.También, algunos de los afectados pueden llegar a ser los principiantes, pues entre tanta oferta les podrá resultar difícil encontrar profesores de yoga cualificados y con experiencia en el mundo online.
Que conste que no tengo nada en contra de aquellos profesores de yoga que dan clases gratis. Cada uno/a somos libres de hacer lo que creamos necesario. Yo mismo, como profesional del mundo del yoga, a menudo ofrezco contenido gratuito. Mi intención es la de llegar a mi audiencia y educarla en el valor de mis servicios. Una de las primeras lecciones que aprendí mientras me formaba para emprender online fue el hecho que es necesario crear contenido de valor gratuito. Todo ello, claro está, viene realizado con una estrategia de marketing que permita que parte de nuestra audiencia se conviertan en clientes. De esta manera, nuestros esfuerzos estarán remunerados…Sí, sí, lo sé…algunos de los profesores de yoga que estén leyendo las palabras “estrategia de marketing”, posiblemente estarán mirando ahora hacia “su tercer ojo” en un gesto de fastidio. Aquí una verdad:
Los profesores de yoga somos dueños de pequeños negocios. Somos emprendedores y para proveer con nuestros servicios, es necesario que las personas que vamos a ayudar nos conozcan.
Es importante que los profesores de yoga cultiven el equilibrio entre dar y recibir.
Lo cierto es que es sumamente importante que haya un equilibrio entre dar y recibir entre profesores de yoga y alumnos, de lo contrario nos vamos a sentir frustrados y resentidos. Yo he pasado por eso y lo sé de primera mano. No es una sensación agradable y lo cierto es que nos podemos llegar a sentir infravalorados por nuestro trabajo. Esa fue la principal razón que me impulsó a formarme en aspectos relacionados con el emprendimiento. Algo importante que aprendí es que un negocio tiene dos objetivos principales y que ambos son imprescindibles e igualmente importantes. Estos dos fundamentos complementarios (como el yin y el yang) tienen que ver con el principio de “dar y recibir”.
Objetivo #1: Tu negocio tiene como fin ayudar a otras personas:
Esto es algo que por lo general, se nos da bien a los profesores de yoga. Quizás se deba a que hemos experimentado los innumerables beneficios de mantener una práctica constante. O quizás, porque estamos comprometidos a aplicar la filosofía del yoga a nuestra vida diaria en forma de servicio (Seva).
Objetivo #2: Tu negocio tiene como fin generar ingresos:
Esto, por otra parte, es algo que a veces puede llegar a ser un tema un poco más difícil o incluso “peliagudo”. Ya sea por las razones expuestas con anterioridad, porque a menudo, como humanos que somos, tenemos temas no resueltos con el dinero. Después de todo, la mayoría de profesores de yoga no estamos iluminados y estamos sujetos (a pesar de nuestra negación) a la condición humana. Es posible que la dificultad en aceptar bienes materiales, sea debido al hecho de que dentro de la filosofía del yoga, se premie cierto tipo de ‘preceptos’ que se han mitificado y que se han interpretado como “desapego a lo material”.
Sea por lo que sea, al final el resultado a menudo son los profesores de yoga independientes los que se encuentran con más dificultades económicas.
Recuerda que si quieres recibir dinero por tus clases y hacer del yoga tu carrera profesional, es importante que tengas en cuenta los puntos destacados en este artículo. Es posible vivir bien haciendo lo que más te apasiona (en este caso, ayudar a otras personas a vivir mejor con tus clases de yoga) si sabes cómo hacerlo y si te formas en emprendimiento. Si necesitas apoyo, estoy aquí para ayudarte.
Manu.
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Autor: Manuel Molina de la Torre (Manu).
Profesor de yoga YA 500+
Entrenador Personal.
Fundador y CEO de With Manu.
Fundador del grupo Emprendedores del Yoga.
Hola, soy Manu.
Imparto clases online, coaching para profesores de yoga, retiros, talleres y formaciones en inglés, en italiano y en castellano desde el año 2008. Una de las cosas que más me apasionan es ayudar a profesores de yoga como tú a generar más ingresos realizando tu trabajo de manera más eficaz y profesional. ¿Te gustaría aprender sobre todos esos aspectos del emprendimiento y de los negocios que nunca te enseñaron en tu formación de yoga y que son necesarios para el éxito profesional? Yo te puedo ayudar.